Ya tenemos el capítulo 1 en nuestro poder, pero mientras se somete a los procesos de revisión de trama y de corrección, os dejamos otra muestra de lo que es capaz de escribir Montse Augé.
Te animamos a que leas y comentes este relato cargado de misterio.
"Desde la cama era capaz de ver toda la casa: una sala enorme que hacía las funciones de salón, cocina y dormitorio. La otra habitación era un diminuto baño. No necesitaba nada más. Era un edificio antiguo pero el barrio estaba muy cerca del centro y el alquiler era inmejorable. Le asombró la facilidad con que lo encontró: se diría que (...)"
 | Título: NÚMERO OCULTO. Autor: Montse Augé.
Sinopsis: Un piso en alquiler en una zona estupenda y a un precio increíble. El primer inquilino se dispone a disfrutar de su primera noche cuando de repente un teléfono suena en el piso de abajo. Cada hora. Descubre que allí no vive nadie. La segunda noche vuelve a oír el teléfono. Entonces decide averiguar en plena noche que se esconde en aquel piso.Una nueva inquilina ocupa el piso. Y llega la primer noche. Y el teléfono vuelve a sonar…
Género: Misterio, terror. Enlace: http://surcandoediciona.wordpress.com/2012/08/01/la-noche-vacia/ |
Desde ahora no me fiaré ni de los números ocultos, ni de las ancianitas, ni de los hombres calvos con tics nerviosos, ni siquiera de las llamadas perdidas. Caray Montse eres una caja de sorpresas, muy buen relato, uno más para la colección. Me ha encantado el homenaje a Poe “Es tan sólo la lluvia, sólo eso y nada más”. Besos, sigue así.
ResponderEliminarMontse, he leído este relato con intriga imaginándome dos o tres desenlaces mientras leía. Nuevamente, me has girado la historia y no se parecía en nada a lo que yo había pensado.
ResponderEliminarMe gusta mucho. Leerte estimula mi imaginación. No sé si le pasará a los demás, pero a mí desde luego que sí.
PD. ¿ Les mata? Si se alarga esto da para un libro de historias cruzadas.
Jejeje, yo me he quedado con la misma intriga final que Olga... Y como a ella, el desenlace me ha sorprendido, no era el que me esperaba. De nuevo, lo he leído de un tirón. Y me ha encantado la imagen del miedo aferrado a las piernas, ¡casi podía verlo!
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